miércoles, 5 de enero de 2011

Queridos Reyes Magos...

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Considero que en este año 2010 me he portado bien, bueno, regular, pero, ¿a caso en este mundo hay alguien que se porta del todo bien los 365 días de un año entero? Bueno, el caso es que me permito el honor de escribiros una carta, cosa que no hacía en años, antes incluso de averiguar vuestro secreto, porque a mi no me lo dijo nadie, lo averigüé yo sola... a veces me odio por ser tan inquieta y curiosa con las cosas con las que no encuentro una explicación lógica y demostrable... Pero esta vez voy a dejar eso a parte, me voy a dejar llevar por lo mágico e inocente de creer que algún milagro es posible, me conformo con que solamente la leáis, sea en esta noche vuestra o a lo largo del año entero, que hay tiempo, y yo no tengo prisa, porque además sé, que al igual que todo en esta vida quedará como marca, esta vez escrita, si bien para el recuerdo, o para darme cuenta que en algún momento de mi vida volvía a creer en lo increíble...

Quiero que esta carta no deje de ser igualmente especial que cualquiera que pueda escribir un niño de ocho años, pero con aires adultos, con 32 años de deseos a las espaldas, por eso en mi carta voy a reflejar lo que no quiero, lo que no tengo pero no anhelo, pues a mi edad, con el simple hecho de darme cuenta de las cosas tengo más que suficiente para luchar en creer que algo mágico puede pasar en el justo momento en que se logra comprender todo....

Quiero dejaros claro que no os voy a complicar nada en absoluto, ni os voy a meter prisa ni nada, de hecho tengo todo el tiempo del mundo. Ni si quiera tenéis que hacer reserva, ni viajar más de la cuenta, comprendo que en una noche, recorrerse el mundo entero cansa, por eso por mi no os preocupéis por llegar a tiempo, ni tampoco por gastaros en franqueo, sé que, si me otorgáis mi deseo, será a gastos pagos, y si no, ya me encargaré yo de sufragar esos gastos con el simple hecho de disfrutar de lo que os pido. Eso sí, he de aclararos que en verdad no es un regalo que pido para mí sola, es un regalo compartido, pues si no no serviría para nada, y al final me quedaría como estoy, que no es poco...

El regalo que os pido que me traigáis tiene que ver con algo que me sobra a mi, algo que se me desborda por el hecho de que nadie, en concreto, lo pueda recoger, administrar, disfrutar y saborear. Mi deseo está relacionado con algo que se me sale de los límites del alma y caen, o me parece ver que caen en saco roto. No va de agradecimiento, ni de reproches, ni de toques de atención, ni si quiera va de algo que ya he tenido antes y he podido dar, buenamente recibido... Tampoco tiene que ver con el capricho, ni con el triunfo, ni con el regocijo, ni si quiera después de tanto esfuerzo. No pido miramientos, ni tampoco compasión, ni aprovechamiento, ni satisfacción, ni obligación... No quiero pediros que mi vida sea larga, ni que me falte de nada en ella; tampoco os pido que me toque la lotería, ni os pido si quiera salud, que sería lo más honesto que se podría desear dentro de este mundo lleno de trabas de todo tipo... No quiero nada de eso...

No quiero más tiempo, ni más paciencia, aunque sé que en definitiva estas dos dimensiones son el aire que respiro; pero tampoco quiero prisas, ni vestidos mal enfundados, ni la sensación del ahora o nunca, porque me ansía y precipita y no se disfruta ni enseña... Tampoco quiero sabores, ni olores, pues me conformo con la esencia; ni tampoco anhelo aventuras, ni propuestas, ni experiencias, ni sorpresas... No me hace falta la ira, ni la impaciencia, ni la ceguera, ni la incomprensión, ni si quiera que me comprenda nadie, tampoco necesito las sonrisas, ni los oídos, ni las llamadas, ni la necesidad de nadie cercano. Tampoco quiero la soledad...

Mi carta obtusa tiene claramente un remitente y un destinatario, y sé que es el mismo, sé que es para mí, por eso insisto, mis queridos Reyes Magos, no tengo prisa alguna, antes conceded los deseos de los demás que yo mientras me apaño. De momento hoy voy a endulzarme la tarde con mis sobris y con vuestros caramelos.

Hasta el año que viene.

8 comentarios:

  1. Un gran deseo no desear. Creo que muchas cosas de las que deseas ya demuestras tenerlas, o incluso no tenerlas. Creo que no necesitas en absoluto que los reyes magos se atrevan a darte o quitarte nada, tú sola, con ese tiempo que dices que tienes, eres más que suficiente para conseguirlo.

    Biquiños.

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  2. Mi deseo en verdad es tener fuerza para tener no tener... Tanto tiempo no agota, satura la paciencia... Aunque sí, espero conseguirlo.

    Mil gracias Any

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  3. He captado tu sensibilidad extrema, tanto aquí en esta carta desinteresada a los RRMM, como en el comentario que me dejaste en el violín. Y como no me quiero despistar de saborear tu forma de sentir, me quedo desde ahora mismo...

    Un fortísimo abrazo de tu nueva amiga.

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  4. En lugar de desear lo q carecemos, hay q disfrutar de lo q ya tenemos, pero un poco de ilusión de vez en cuando endulza la vida no crees??
    besos

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  5. Towanda, seas bienvenida, y encantada de compartir sensibilidad.
    Pilo, claro que lo creo, a mi ilusión no me falta con lo que ya tengo.
    ... y me cogía blablabla ;) ponte cómoda, con o sin leche y galletas

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  6. Menestra, he vuelto para darte las gracias por recibirme con los brazos abiertos. Yo también te recibiré, cuando quieras visitarme, de la misma manera.

    Me encantaría que tuvieras una legión de seguidores para mostrar a todos lo que llevas dentro... Este sitio es, junto con otros 5 o 6 que visito, de los más lindos, y te lo quería decir.

    Un abrazo, y no nos perdamos la pista.

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  7. Vaya, Towanda, la verdad es que me halagas con tus palabras, y, aunque mi intención con este blog es simplemente derramar mis sentimientos en palabras escritas agradezco tu deseo, tu atención y tu alabanza.

    Sin duda nos seguiremos de cerca.

    Mil gracias

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