domingo, 16 de enero de 2011

La vida en La Mayor

Siendo optimista siempre queda en el fondo algo en lo que pensar que produce bienestar. Tener esa sensación de positivismo por la vida hace esperar los días alegremente y con ilusión en las primeras horas de la jornada. A medida que transcurre el tiempo y se ve que no pasa nada es cuando se da un pequeño bajón hasta que esa chispa despierta las ganas de flotar de nuevo.
Pero a veces los días pasan más y más deprisa, y entre tanto barullo cotidiano, esos momentos de esperanza se rezagan y dejan de darles tiempo a llegar a su hora, con lo que la paciencia pasa más y más tiempo a solas, apareciendo incluso, si son muchos días seguidos, su inevitable y santo adjetivo…
Momentos así estresan, entristecen, cansan... ahí justamente es cuando te dan tregua las semanas: los días en sí se hacen más cortos que el grupo de siete, dándole así de nuevo una ventaja a la ilusión de pensar que algo bueno va a pasar. De nuevo se sueña por las noches con factores de la vida que hacen conciliar esa presencia de la espera.
Sin darse ni cuenta, la esperanza empieza a sentir frio, el invierno se aproxima, hay cambios de hora y las noches madrugan, incomodando de mala manera, haciéndole buscar abrigo y encontrándose de frente con la huída. Desaparece. Pero no del todo. Al final los meses la rescatan,  a primeros siempre vuelve, a mediados se pasea y a finales lo arropan. Se agrupan regalándole primaveras y veranos, y le preparan para otoños e inviernos.
Y al final del año explota en su máximo esplendor y con todas sus fuerzas, completa de energía y comprendiendo que es capaz de alargar a su antojo el tiempo que usamos en la vida.

7 comentarios:

  1. Muy buena reflexión.
    Yo, a veces parezco una flower power... Me levanto fuerte y alegre. Dos días voy a trabajar en autobús; si encuentro sitio nada más montar, ya voy con doble subidón. Si cuando llego a mi trabajo me sonríe la "antipática" de turno, pués más chispa para la mañana...
    Como siempre, suele haber un@, llega el típico aguasfiestas y joroba todo con una mala palabra oun mal gesto...
    No pasa nada, mañana volvemos a empezar con buenos propósitos desde primera hora.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde, y menos mal, que sino acabábamos todos con una pistola en la sien al final del día... Así por lo menos nuestra mente nos engaña y nos hace pensar que mañana será mejor, que la situación cambiará. Y así un día tras otro, una semana tras otra, un mes, años... y seguimos otro día más con la esperanza de que cambie porque, como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde, pero antes puedes perder la cabeza... ;P

    ResponderEliminar
  3. Towanda, para cuando llegue el aguafiestas tengo un método: canturrear una canción en La Mayor. Esa es la mejor terapia para los buenos propósitos y ganas de los que hablas. Gracias por tu detalle cotidiano a este post.
    Mini, tu comprensión es de agradecer, esa actitud es la que define el título de este post, una melodía esperanzadora y positiva. Un beso y ya sabes, canta en La Mayor

    ResponderEliminar
  4. Lo pondré en práctica. A ver si funciona.

    ResponderEliminar
  5. La vida está compuesta de ciclos constantes...
    El día y la noche... El frío y el calor... El fuego y el agua...
    y nosotros... aún mas...
    Un sube y baja imparable... son pocos los segundos que nos mantenemos en equilibrio.
    La cuestión está en elegir marearte o bien... coger impulso cuando estas abajo para subir rapidito¡¡¡¡

    ResponderEliminar
  6. "...las noches madrugan..." me ha encantado eso. Por eso me abandono a La ley de la atracción y el empuje de la energía, para desear y visualizar las cosas.

    ResponderEliminar
  7. Towanda, ya sabes, intenta no desafinar ;)
    Pecados, tienes toda la razón, el caso es que la vida en sí es un ciclo, por lo tanto, hay que procurar ni si quiera bajar un poco. Gracias por tu comentario, ah, y por el premio =)
    ...ymecogía, es bueno detenerse para visualizar las cosas, es como alumbrar esas noches madrugadoras. Me alegro que te guste.
    Un beso.

    ResponderEliminar