miércoles, 29 de junio de 2011

Todavía no sé qué hago aquí...

domingo, 12 de junio de 2011

No huyo de los problemas...

...simplemente no me pertenecen.

martes, 31 de mayo de 2011

Treinta de Mayo

Muchas veces, la mayoría de las veces, casi que diría que siempre, confundo lo que yo quisiera que fuera para mi con lo que le conviene a alguien a quien quiero. Es porque creo tener la realidad. Y es evidente, mi realidad, es mía, sí que la tengo yo, y nadie más. Por lo tanto sí que confundo lo que yo quisiera que fuera para mi con lo que le conviene a alguien a quién quiero.
Es muy egoísta, lo se. Barro para mi. Siempre. Normal, ¿no? Al fin y al cabo el ser humano es egoísta por naturaleza. La ley de la supervivencia encabeza este hecho. También viene motivado por el carácter de cada uno, la seguridad en sí mismo y la capacidad de análisis junto con la capacidad de expresar lo que uno quiere para sí mismo; para otro y, que le convenga a uno mismo... porque al final le conviene a uno mismo...
Me odio en ese aspecto. Me dota de una falsa dominancia, prepotencia, sabiduría que me obliga a esforzarme para que desaparezca en el momento que asoma la culpa, en el instante que me doy cuenta de que hablo de más, de que me entrometo en demasía y acaba embriagándome la incomprensión en todo lo que me rodea, a la vez que me siento incomprendida por todos, incluso por mi misma...
El hecho de querer bien a alguien es inexplicable. Acaba siendo in-creible, falso e imposible, pues el simple método que se lleva a cabo para ello, desde la más pura coherencia, acaba por adquirir un significado irreal con un detonador aplicado al principio de la intención.
Pero todo el mundo necesita consejo para ver más allá. Son consejos que destapan la incoherencia de lo que nos conviene. Y todo el mundo da consejos. Y todo el mundo ve a través de ese antifaz nocturno mejor que el que lo lleva puesto. Y todo el mundo acaba dando consejos sin aplicarlos a ellos mismos. Altruismo puro, sí, también creo que exista. Pero si acaba produciendo bienestar a uno mismo mejor que mejor. Y al final siempre tiene ese fin, por lo tanto el significante es una simple etiqueta de su propio significado. Aunque sirva el aplicarlo a otros, aunque le convenga a alguien a quien se quiere...
Tal vez mi verdadero fallo esté en la sinceridad. Me lo han dicho más de una vez, soy demasiado sincera. Pero entiendo que la mentira no ayuda a nadie, ni a uno mismo, por supuesto.... y escuchando la crítica como un consejo lo entiendo así: es cuestión de no contarlo todo, de no decirlo todo, de no expresarme en todo, de saber omitir lo justo, porque lo injusto es comprometer. Pero ocurre que cuando me esmero en querer bien a alguien no me asoma la pereza de vaciar el tintero, nunca me sobra tinta, lo escribo, lo digo todo, lo que creo que le conviene a alguien a quién quiero. A pesar de confundirlo con lo que me conviene a mi. A pesar de darme cuenta en ese instante que mi realidad no es su realidad. A pesar de pensar en que no debo ser tan sincera. A pesar de querer no estar segura de todo, ni haber sido tan analítica, ni tan expresiva... A pesar de acabar por no comprender si quiera lo que digo, ni para qué lo digo. A pesar de anhelar justo en ese momento escuchar decir a alguien que me equivoco, que solo veo un poco, casi igual de turbio a través del antifaz nocturno que creo atravesar; y que me haga pensar en si realmente esa persona a quién quiero necesita y le conviene escuchar todo lo que digo, pienso, recapacito, transmito, entiendo, valoro, reparo, predico... aconsejo... A pesar de sentirme verdaderamente altruista en toda mi intención...
Pero, aún entendiéndolo todo, aún aconsejándome a mi misma después de mirar más allá de mi propio antifaz nocturno no logro cambiarlo. Y sólo llego a la conclusión de que ésta es la única explicación y significado real del amor que siento en mi alma, y que ésta es mi única forma de manifestarlo ante alguien a quien quiero de verdad. Y, en mi realidad, de eso sí que estoy convencida.

jueves, 12 de mayo de 2011

Hoy no pienso

Pienso con la cabeza. Se va al corazón. Vuelve a la cabeza completamente transformado. Actúo?  Actúo. Con todo mi alma. No actúo. Me quedo cómo hueca... ERROR. Me preocupo demasiado por hacer las cosas bien que al final me equivoco. Que al final me quedo a medias. Que al final vuelvo a pensar…
Pero hoy no. No quiero mover ni el cerebro ni el corazón ni el alma pensando. Hoy no. Hoy hay WOMAD

lunes, 25 de abril de 2011

Ya me cansé de ser tan fuerte...

miércoles, 23 de marzo de 2011

ya no sé ni llorar.............

lunes, 14 de marzo de 2011

Impotencia

Últimamente mi cuerpo se mueve solo... como por instinto. Por norma general es el cerebro el que hace que las demás partes del cuerpo se muevan según órdenes que reciban de éste, pero en mi caso no es así. Es más, creo que mi cuerpo obedece más a mi cerebro mientras duermo, estando relajada, sedada e indiferente con el mundo. Y no es que se mueva precisamente en sueños... porque de eso ya ni tengo... Pero bueno, me quedo con eso, con que mi cerebro le dice al cuerpo que tengo que esar quieta y así duermo.. y menos mal que duermo......
Tengo tan saturada la cabeza de pensamientos que tengo eso, un aturrullamiento mental que me produce pequeñas explosiones cada vez que intento reordenarlas. Y acabo por dejarlo por imposible, turbando de rebote todas las demás funciones cerebrales...

Mis pies van solos, como conociéndose el camino, pero se tropiezan cada dos por tres.

Mis manos asen cosas, objetos, comida, instrumentos... pero desafinan o se me vierten o se me caen.

Mi espalda aparenta estar recta y fuerte y sujeta pero se tuerce y arruga y dobla y duele...

Mis brazos blanden haciendo cosas, pero arrastran más que nada.

Mis párpados están recogidos, dejando ver como mis ojos ven, pero éstos no miran apenas.

Mi nariz inspira aire, acomente la respiración para vivir, y mi pecho se mueve denotándolo, pero sólo me oxigenan los suspiros angustiosos.

Mis piernas me trasladan al sitio al que tengo que ir, pero van como impulsadas puntas de látigo descontrolado.

Y mi rosotro es amable y mi sonrisa presente y mis maneras corrientes, pero mi tristeza y mi angustia y mi impotencia son latentes...

Con permiso voy a seguir durmiendo...